Llega abril, mes primaveral en el que, si el tiempo y la maduración lo permiten, podremos ver los primeros ejemplares de nísperos en los supermercados y en nuestra tienda online. Todos los que disfrutamos con su sabor dulce y ligeramente ácido estamos ansiosos por hincarle el diente a los primeros frutos de la temporada.

Pero no todos los nísperos que llegan a los comercios tienen el mismo sabor; no todos son de la misma calidad. Para no llevarnos sorpresas y que nos den gato por liebre, os presentamos varios trucos para aprender a elegir un buen níspero.

4 Trucos para aprender a elegir un buen níspero

  1. Examinar el color. La piel del níspero tiene que tener un color naranja brillante y este color tiene que ser homogéneo. Si vemos que la fruta tiene una tonalidad verdosa o amarillenta, no debemos comprarla, ya que si el níspero está verde o amarillo indicará que no se ha recogido en el momento óptimo de maduración, por lo que su sabor difícilmente será el deseado.
  2. Observar el aspecto de su piel. El níspero tiene que tener una piel lisa, sin manchas, arrugas o golpes. Aquellos que presenten esta apariencia deben ser descartados. Como sabemos, los nísperos son unos frutos muy delicados, cuyo transporte y conservación deben realizarse siguiendo unos mínimos requisitos. Si la caja en la que son transportados recibe golpes, los nísperos lo acusarán en su piel, que se encontrará agrietada. Si han sido sometidos a cambios bruscos de temperatura, le aparecerán manchas. Todo ello hará mella en la calidad del producto y, obviamente, también en su sabor.
  3. Tocar su textura. Con la ayuda de los guantes que encontraremos en la sección de frutería, tocaremos, con mucho cuidado, los frutos. Estos deben ser firmes, consistentes. Además no deben estar ni demasiado blandos ni demasiado duros. Lo primero indicaría que los nísperos están muy maduros; lo segundo, que quizá no hayan madurado lo suficiente.
  4. Prestar atención a su olor. Lo ideal es que podamos acercárnoslos un poco a la nariz, y que nuestro sentido del olfato nos informe del olor que desprenden. Si este es ácido, fuerte o agrio indicará que los nísperos no han sido conservados como debieran. Por tanto, su sabor y calidad se habrán visto afectadas.

El problema del níspero es que, al ser un fruto de producción determinada (es decir, que no se comercializa todo el año, sino que se rige por la temporalidad de su cultivo), es muy importante que la calidad sea la correcta. Y para que ello sea así, debe existir un exhaustivo control por parte de los agricultores encargados de su cultivo y recolección, pero también de los transportistas y comerciantes.

Se trata de una fruta muy sensible, que acusa de manera destacada cualquier incidencia que se produzca durante los momentos previos a su venta. Por ello, es indispensable que sepamos identificar aquellos ejemplares que realmente han sido recolectados y protegidos con esmero, rehuyendo de aquellos otros que no reúnen unos mínimos requisitos de control,  ya que los primeros serán los que tendrán una calidad superior.

No olvidéis que además durante todo el año se puede disfrutar de los mejores nísperos en almíbar!!

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